Organización de la Sociedad Civil las Abejas
Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal,
Chiapas, México
A 21 de diciembre del año 2009
Ponencia de la Organización de la Sociedad Civil Las Abejas
En estos días se están cumpliendo doce años de la Masacre de Acteal, doce años del crimen perpetrado por el mal gobierno contra nuestros hermanos y hermanas, contra nuestros hijos y nuestras hijas, contra nuestros padres y madres. Crimen contra los indígenas de Chiapas y de todo México, crimen contra todo el pueblo de México. Crimen contra la humanidad.
Han sido doce años en los que los miembros de la Sociedad Civil Las Abejas hemos luchado incansablemente para que se haga justicia. Después de doce años de esta lucha, tenemos que hacer un balance de lo que sea ha logrado y lo que no se ha logrado.
En estos doce años logramos que se detuvieran y juzgaran algunos de los autores materiales y algunos de los cómplices menores del mal gobierno. Después de eso, aunque nuestra lucha avanzó en otros campos, en el campo jurídico se estancó. Y el presente año no nada más se estancó pero retrocedió. La Suprema Corte ordenó la liberación de varios de los presos, incluso de algunos que ya habían sido sentenciados.
Cuando acababan de soltar al primer grupo de paramilitares en el mes de agosto, visitó Acteal el representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el señor Alberto Brunori. Ante nosotros dijo unas palabras que nos sirven como un primer balance de estos doce años. Dijo el Sr. Brunori: “Yo no puedo pronunciarme ahora sobre la sentencia de la Corte porque la desconozco, pero sí puedo decir algo con mucha claridad: si después de doce años el juicio sobre el caso Acteal sigue abierto y se siguen revisando las sentencias, entonces el Estado Mexicano no ha cumplido su obligación de impartir justicia a sus ciudadanos”.
En pocas palabras, en México no hay justicia.
El pasado mes de noviembre asistimos a un foro en Oaxaca del que nos hablaron los compañeros del Comité 25 de Noviembre. Ahí llegamos a una conclusión muy parecida. Todos los participantes tuvimos nuestro caso ante el tribunal más alto de la nación, la Suprema Corte de Justicia, pero lo que todos encontramos ahí fue la suprema impunidad. Estuvimos de acuerdo en que en México no hay justicia para el pueblo. Solo los ricos y poderosos obtienen sentencias favorables de los jueces, pero para los pobres no hay justicia.
Pero entonces nosotros pensamos: si esa es la justicia que hace el gobierno, si esa es la justicia de la máxima instancia de jueces en México, entonces esa justicia no sirve. Tiene que haber otra justicia.
¿Cuál es esa otra justicia? ¿Cómo es? ¿Cómo se consigue? No se trata, como algunos piensan, de hacernos justicia por nuestra propia mano. Esa no es justicia, es venganza y desde el principio Las Abejas hemos dicho que no queremos venganza. La otra justicia tiene que ser la justicia verdadera, no la venganza.
Los pueblos que luchan contra la opresión tienen en su propio corazón el secreto de la otra justicia. Pero hay que aprender a escucharlo. Para escucharlo tenemos la palabra de nuestros ancianos, la sabiduría de nuestros antepasados. Para comprenderlo tenemos la Palabra de Dios que para Las Abejas siempre ha sido nuestra luz y nuestra fuerza.
Por eso hemos convocado este foro para poner juntos nuestros corazones y nuestras cabezas para reflexionar juntos sobre esa otra justicia. Hemos invitado a los que participaron en aquel foro de Oaxaca y a otras personas y organizaciones para que juntos reflexionemos sobre este tema.
A este foro lo hemos nombrado Foro de Conciencia y Esperanza; Construyendo la Otra Justicia.
Así es que vamos a compartirles algunos de nuestros pensamientos sobre este nombre que le pusimos al foro.
Los más ancianos recuerdan lo que se acostumbraba en nuestras comunidades hace algunos años. Cuando alguien cometía una falta grave, se lo llevaba ante la comunidad. No se trataba de castigarlo con azotes o de encerrarlo, sino que se le hablaba de lo que había hecho para que se avergonzara de su acción ante toda la comunidad. Pensamos que lo que se hacía era tocarle su conciencia, para que se diera cuenta de que había hecho algo malo y ya no quisiera repetir su acción.
En cambio lo que ha hecho el gobierno con los paramilitares es, primero decirles a través de la Suprema Corte que son inocentes, o sea, que no han hecho nada malo. Después, a través del gobierno del estado, les da un premio: casa y tierras. De esta manera en vez de darse cuenta de que hicieron un mal, van a pensar: está bien ser asesinos, van a pensar: aunque hayamos estado diez años en la cárcel, si hubiéramos estado trabajando afuera como campesinos, no hubiéramos ganado suficiente dinero para comprar estas tierras. O sea que la justicia del gobierno es al revés que la justicia de nuestros antepasados. En vez de impedir que se repita el mal es una invitación a que pase otra vez.
Cuando salieron de la cárcel los paramilitares, el obispo de San Cristóbal, Don Felipe Arizmendi dijo: Aunque los jueces y las leyes digan que alguien es inocente, el que es culpable, seguirá siendo culpable ante su conciencia.
Vemos entonces que la conciencia es una fuerza muy poderosa para construir la otra justicia. Tenemos que empezar con nuestra propia conciencia y no dejar que se apague ni permitir que sea comprada por el dinero del gobierno. Después, hay que seguir con la conciencia del pueblo en general: que sepa lo que ha sucedido y que no sea engañado con las mentiras del gobierno y de sus medios de comunicación. Finalmente, aunque sea lo más difícil, hay que hacer como hacían nuestros antepasados, tocar la conciencia de los mismos agresores. Solo cuando ellos reconozcan lo malo que han hecho y muestren que ha cambiado su corazón, puede haber reconciliación y perdón. Si no es así, hablar de reconciliación son puras mentiras y engaño del gobierno que quiere sacarse la foto para hacer creer que ya no hay problemas en Chiapas.
No puede haber conciencia si no se reconoce la verdad y si no se guarda la memoria de la historia. Por esta razón hemos decidido integrarnos a la Red Internacional de Sitios de Conciencia. Acteal que ya es desde hace doce años Tierra Sagrada, será declarado mañana Sitio de Conciencia para la Humanidad.
Estos son tan solo unos pasos en el camino de construir la otra justicia. Sabemos que el camino es difícil y que todavía falta mucho por recorrer. Pero a pesar de las dificultades tenemos Esperanza, porque sabemos que la muerte no puede vencer a la vida. Así lo dijo otro hombre que dio su vida para que viviera su pueblo, para que viviera libre de la injusticia y de la opresión. Es el obispo de El Salvador Monseñor Romero que nos da ánimos con sus palabras para seguir luchando por la justicia aunque parezca que los poderosos nos quieren quitar la esperanza:
“El reino esta ya misteriosamente presente en nuestra tierra; cuando venga el Señor, se consumará su perfección.
Esta es la esperanza que nos alienta. Sabemos que todo esfuerzo por mejorar una sociedad, sobre todo cuando está tan metida esa injusticia y el pecado, es un esfuerzo que Dios bendice, que Dios quiere, que Dios nos exige” (24 marzo 1980).
A T E N T A M E N T E
La Voz de la Sociedad Civil Las Abejas.
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