Pues un juez de Chiapas dictó una sentencia de 25 años a un grupo de 5 hermanos creyentes tseltales inocentes del pueblo de San Juan Cancuc

Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal


     Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal

           Municipio de Chenalhó, Chiapas, México.

 

22 de mayo de 2023

 

 

 

 

 

 

 

 

Al Congreso Nacional Indígena

Al Concejo Indígena de Gobierno

A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

Al Pueblo Creyente de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas

A las y los Defensores de los derechos humanos

A los Medios libres y alternativos

A los Medios de comunicación nacional e internacional

A la Sociedad Civil Nacional e Internacional

 

Hermanas y hermanos:

 

En este pequeño lugar del mundo que nuestro Padre-Madre Dios eligió para dar testimonio de su amor en la lucha no violenta por la paz con dignidad; en el dolor, en la resurrección y larga perseverancia en la lucha por verdad y justicia, hoy volvemos a reunirnos para animar nuestro corazón y seguir exigiendo que se publique ya el Informe de Fondo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre el Caso 12.790 Manuel Santiz Culebra y Otros (Masacre de Acteal) que padecimos aquí, hace ya 25 años y 5 meses.


Hemos dicho hasta el cansancio que los intentos del gobierno por reparar los terribles daños que ha dejado entre nosotros esta cruel Masacre, y todas las humillaciones, acoso, desgaste y difamaciones que hemos sufrido después por denunciar sus causas y autores, no pueden arreglarse con una disculpa pública del Estado mexicano, con un monumento, o con dinero para las familias de las víctimas o servicios para sus comunidades. Mientras no se reconozca a los responsables, se les señale específicamente y se les lleve a juicio, no hay justicia. Y los crímenes de lesa humanidad como la planeada Masacre de 45 de nuestras hermanas y hermanos, más cuatro bebés sacados del vientre de sus madres torturadas, quitándoles el derecho a nacer, no quieren soluciones amistosas, requieren justicia y garantías de no repetición. Las Abejas de Acteal estamos convencidas y convencidos de que no es con la impunidad y dándole inmunidad a los responsables, que se evitará otro Acteal en Chiapas.

Nuestra responsabilidad como Organización y como herederos del trabajo por la paz que valientemente iniciaron nuestros mártires, es luchar porque ninguna gente inocente tenga que sufrir lo que nosotros hemos sufrido, porque no se imponga la fuerza de las armas a la razón, luchar por que el gobierno deje de despreciar la vida de los pueblos indígenas y prefiera exterminarnos a dialogar con nosotros, por defender a toda costa nuestra tierra que es la vida de la humanidad, frente a los ricos y poderosos que son los que se benefician de reproducir un sistema económico y social que la está destruyendo irreparablemente.


Como sabemos, pasados 25 años y 5 presidentes de la República, el Estado mexicano no ha querido hacer justicia. Uno de estos presidentes, Ernesto Zedillo, habría tenido que confesar su propia responsabilidad en los hechos, como comandante supremo del Ejército Mexicano que ideó, implementó y encubrió el Plan de Campaña Chiapas 1994; y todos los demás presidentes han preferido encubrirlo. Nosotras y nosotros, después de agotar todas las instancias legales en el país, después de seguir con muchos sacrificios, valor y paciencia, los juicios a los paramilitares que fueron entrenados y financiados por el Estado para espantar y desanimar a los zapatistas en nuestras comunidades del municipio de Chenalhó; después de aguantar amenazas y acudir cuando fuimos llamados a testificar en los juicios contra esos paramilitares que ejecutaron un operativo terrorista contra nuestras hermanas y hermanos creyentes pacifistas en Acteal; después de ver cómo el Estado los liberó tras unos años de purgar su sentencia y luego los compensó con casas, terrenos y becas vitalicias; después de ver cómo académicos y políticos deshonestos quisieron fabricar una mentira histórica sobre la Masacre, inventando que fue un enfrentamiento entre familiares y comunidades, y no un ataque protegido por las fuerzas del orden público contra gente completamente desarmada, que sólo ayunaban y pedían por la paz. Después de todo esto, no nos quedó más que acudir a una instancia internacional como la CIDH para que aclare la verdad ante el mundo y le exija al Estado mexicano que haga lo que deberían haber hecho desde hace 25 años: garantizar justicia para las y los acribillados, para las y los sobrevivientes de la Masacre y para las familias que aún lloran a sus parientes que no tendrían que haber pagado con su vida el precio de la paz para su pueblo.

Pero además de hacernos esperar más de un cuarto de siglo para ver justicia y de seguirnos obligando a luchar por ella contra viento y marea, tal vez lo más triste para nosotros es ver cómo el mal gobierno ha venido queriendo quitarnos la fuerza, por medio de promover la división entre nosotros, aprovechándose de la frustración de las familias afectadas directamente por la Masacre y de que no nos sobra el dinero. No conformes con perseguirnos, amenazarnos de muerte, hacer que saliéramos a refugiarnos por años desplazados de nuestras comunidades, masacrarnos y negarnos la justicia, el mal gobierno tiene años queriendo manejarnos a cambio de apoyos económicos. Y vemos que no sólo logró dividir a nuestros catequistas, a nuestras organizaciones, a nuestras familias, también logró dividir a los sobrevivientes de la Masacre y a los familiares de los masacrados.


Es por eso que hoy queremos compartirles que nos preocupa mucho el nivel de odio que hemos visto en el corazón de muchos de nuestros hermanos que ya no pertenecen a nuestra organización. Y por eso queremos que nos ayuden a pedirle al creador, que es Papá y Mamá de todas y todos, que nos ayude a seguir viéndonos como hermanos. Y para que se conserve el corazón y la razón tsotsil que nos sabe a todos cuidadores del mundo y de la tierra, aunque no pensemos igual.

Hermanas y hermanos, tristemente no sólo en Chiapas ha sucedido esto. El 27 de abril se cumplieron ya 13 años, número que simboliza para nosotros un ciclo completo, de la siembra de nuestros queridos hermanos Bety Cariño y Jyri Jakkola. Si recordamos bien, ellos iban en una caravana que llevaba ayuda humanitaria a los hermanos Triquis del Municipio Autónomo de San Juan Copala, que estaban sitiados por sus propios ex compañeros de organización que conformaron grupos de civiles armados, que les quisieron quitar el control de su municipio y ya habían causado la muerte de varios hombres y mujeres. Estos ex compañeros fueron quienes dispararon a la caravana y dejaron sin vida a nuestra compañera Bety de Oaxaca y al hermano Jyri, observador internacional de Finlandia. Igual que con la Masacre de Acteal, el Estado mexicano primero encarceló a los asesinos materiales y luego los liberó. Así que, como nosotros, siguen esperando justicia y castigo a los responsables materiales e intelectuales. Hoy nos seguimos solidarizando con sus familiares y con sus organizaciones en la exigencia de justicia. Y nos alegramos porque escuchamos que la división no ha triunfado allá definitivamente como quiere el gobierno, pues los compañeros de varias comunidades de la región Mixteca integrantes de MAIZ (Movimiento Agrario Indígena Zapatista), siguen participando en el CNI y se pudieron sumar a las actividades de la Caravana “El Sur Resiste” en su paso por Oaxaca, acompañando primero a nuestros herman@s de Puente Maderas que están defendiendo su selva para que no la conviertan en uno de los diez Parques Industriales que el gobierno de AMLO le ha encargado construir a la Secretaría de Marina, para hacer su Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec: la vía más corta para llevar mercancías entre el Océano Pacífico y el Atlántico con que los grandes capitales han soñado por dos siglos para poder ahorrarse mucha vuelta y mucho dinero en el transporte de lo que producen y venden. También escuchamos que compañeros de MAIZ, una de las organizaciones en que participaba Bety Cariño, fueron a apoyar a los compañeros de Mogoñé Viejo que fueron reprimidos un día después de que la Caravana “El Sur Resiste” los visitara en el campamento que nuestros hermanos de la Unión de Comunidades de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI) han venido sosteniendo allá para impedir que avancen los trabajos de modernización de las vías del tren que van desde el puerto Salina Cruz, en Oaxaca, hasta el puerto de Coatzacoalcos en Veracruz. Supimos que los marinos y la policía estatal fueron quienes llegaron a desalojar el campamento y se llevaron presos a cuatro compañeras y dos compañeros, pero tuvieron que liberarlos dos días después y pudieron reinstalar el campamento.


Así como nuestros hermanos en Oaxaca, en Chiapas también hay muchos hombres y mujeres que están dando su vida y su libertad por defender la tierra para todos, contra los megaproyectos y las fuerzas federales, estatales y municipales de seguridad pública, que, en vez de proteger al pueblo, son pagados para proteger los intereses de los empresarios.

Por eso es tan indignante que este mes el poder judicial del estado de Chiapas, y con base en puras pruebas inventadas, haya sentenciado el 4 de mayo a nuestros hermanos tseltales César Hernández Feliciano y José Luis Gutiérrez Hernández, defensores de derechos humanos de Chilón, que además de haber sufrido torturas, ahora fueron condenados a 2 años de prisión, sólo por oponerse a la construcción, sin consulta previa al pueblo, de un cuartel de la Guardia Nacional en su territorio.

También nos indigna ver que, después de 30 años en que nosotros tuvimos que iniciar un gran movimiento por la liberación de 5 compañeros nuestros inocentes y creyentes que se habían llevado presos, culpándolos de un asesinato que no cometieron, lo que dio lugar a la fundación de nuestra Organización “Las Abejas”, el pasado 17 de mayo la historia de corrupción, arbitrariedad y criminalización contra hermanos indígenas defensores comunitarios se repite. Pues un juez de Chiapas dictó una sentencia de 25 años a un grupo de 5 hermanos creyentes tseltales inocentes del pueblo de San Juan Cancuc: Manuel Sántiz Cruz, Juan Velasco Aguilar, Agustín Pérez Velasco, Martín Pérez Domínguez y Agustín Pérez Domínguez, que ya llevan meses injustamente presos y están siendo culpados por la muerte de una persona dentro de la patrulla de la policía municipal en San Juan Cancuc, con base en declaraciones falsas de los verdaderos culpables, que también son policías y están libres. Lo grave del caso es cómo se coordinan impunemente todas las corporaciones policiacas con el poder judicial en Chiapas para detener, acusar y sentenciar a quienes les estorban, como reporta el Frayba en el caso de estos hermanos: tres de ellos fueron detenidos de manera arbitraria el día 29 de mayo de 2022, en San Juan Cancuc, mediante un operativo conjunto de la Policía Municipal, la Guardia Nacional y el Ejército mexicano, para después ser entregados a la Fiscalía de Justicia Indígena, quien primero les fabricó el delito de portación de droga y después los involucró en el homicidio por el que fueron sentenciados. Los dos últimos, declararon que fueron detenidos de manera arbitraria por elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y de la Policía Especializada el día 1 de junio de 2022, a las afueras del CERSS No. 5 de San Cristóbal de Las Casas, cuando visitaban a sus compañeros y como represalia por haber sido testigos del operativo en el que privaron arbitrariamente de la libertad a sus compañeros el día 29 de mayo de ese mismo año.

No es posible que después de 30 años y tantos compañeros que hemos sufrido el encarcelamiento injusto, la situación es igual o peor. Precisamente porque el Estado depende cada vez más de sus corporaciones armadas para defender los intereses de los capitalistas, empresarios nacionales o extranjeros, pero todos criminales, sea legales o ilegales, pues no dudan cuando se trata de despojar al pueblo, o asesinar, inculpar falsamente o desaparecer a quienes defienden al pueblo.

Exigimos pues, la liberación de todos nuestros hermanos tseltales presos y sentenciados injustamente de San Juan Cancuc, y esperamos que el Pueblo Creyente de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, junto con otros hermanos y hermanas solidarios podamos articularnos efectivamente, como en otras ocasiones para lograr la liberación de los presos perseguidos por el mal sistema de gobierno que criminaliza a quienes están en la resistencia y lucha por un mundo mejor.

Hoy volvemos a nombrar a los demás presos que están secuestrados por el Estado mexicano y su corrupto sistema de justicia: exigimos la libertad de Manuel Gómez Váquez, Base de Apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional; Fidencio Aldama, defensor del territorio indígena Yaqui y preso político del estado de Sonora, de Miguel Peralta, perseguido por el gobierno del estado de Oaxaca, expreso político de Eloxochitlán, Oaxaca. Y por todas y todos los presos que injustamente están cautivos, seguiremos gritando ¡Libertad!

Y es por eso que hoy saludamos los esfuerzos que hizo el CNI para llevar a cabo la Caravana y Encuentro Internacional “El Sur Resiste”, que escuchamos que vino a animar mucho el corazón de los que están luchando por defender sus tierras y territorios en Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Chiapas, y también fueron acompañados por hermanas y hermanas que luchan por su tierra en otros lugares más lejanos.

Tres hermanas de nuestra organización tuvieron la oportunidad de escuchar a las hermanas y hermanos que se juntaron en Palenque y en CIDECI para denunciar los sufrimientos que se están viviendo en los pueblos por los mega proyectos apoyados por los malos gobiernos y para tratar de unirnos para darnos fuerzas entre nosotros, no dejar que nos dividan ni que nos engañen. Nos dijeron que escucharon, por ejemplo, que, en Palenque, como parte del Megaproyecto del Tren disque Maya, ya hay muchos gringos que han hecho su casa ahí y han sacado a los verdaderos dueños de sus tierras.

Hermanas y hermanos que reciben nuestra palabra, pese a todas las dificultades, pese a los proyectos de muerte y sus representantes, pese a las divisiones efectivas al interior de las organizaciones que quieren luchar contra las injusticias, defender la tierra y construir autonomía, a pesar de los engaños del mal gobierno y de los poderosos y criminales, pese a la violencia generalizada creada para desgastarnos todavía más, queremos que sepan que pueden contar también con nuestra lucha, con nuestra organización que sigue resistiendo y con nuestra oración para que el Dios de la Vida, corazón del cielo y de la tierra nos permita seguir enlazándonos y fortaleciéndonos en la lucha por la vida, por la verdad y por la paz.

Desde Acteal, Casa de la Memoria y la Esperanza,

                                                              Atentamente

La Voz de la Organización sociedad Civil Las Abejas de Acteal.   

Por la Mesa Directiva:

 

 

Javier Flores Zepeda

Presidente

 

Eliseo López Arias

Secretario

 

 

 

Luis Miguel Gómez Pérez

Tesorero

 

Alonso Ruiz López

Sub Secretario