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A todos los Defensores de los Derechos Humanos
A la prensa Nacional e Internacional.
A la Sociedad Civil
A la Otra Campaña y
A la Opinión Pública
Hermanos y hermanas los que hoy estamos congregados en este centro ceremonial de los mártires de Acteal.
Hoy 22 de abril en que se cumplen 13 años y 4 meses de la masacre de nuestros hermanos y hermanas en Acteal el día 22 ha caído en viernes Santo. Esta es una coincidencia muy apropiada porque hoy recordamos la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y, como El mismo nos enseñó que “lo que hagan a uno de estos pequeños me lo hacen a mí mismo” hoy recordamos con un Vía Crucis en las inmediaciones de la Tierra Sagrada de Acteal a nuestros hermanos y hermanas en los que Cristo mismo fue masacrado el 22 de diciembre de 1997, pero no solo a ellos sino a tantos hermanos y hermanas que en Chiapas, en México y en todo el mundo, están sufriendo hoy su propio Vía Crucis. Como dijo Fray Bartolomé de las Casas, primer obispo de Chiapas, al regresar a España a denunciar lo que estaba pasando en estas tierras con los pueblos originarios: “He visto a Cristo una y mil veces crucificado en esas tierras en la persona de los indígenas”.
En el Vía Crucis se van recorriendo lo que se llaman las “estaciones” del camino a la Cruz de Jesús en el Viernes Santo. Queremos recordar aquí tan solo algunos de los pasos que nos permiten recordar y solidarizarnos desde la oración con los miles y millones de viacrucis por los que está pasando el pueblo de México.
Junto con la detención y condena injusta a Jesús que hicieron las autoridades nacionales judías y las del imperio romano, recordamos en primer lugar cómo en México las autoridades nacionales junto con las del imperio de Estados Unidos están condenando injustamente a la población a padecer una política de privatizaciones, imposición de megaproyectos, carestía y represión para todos los que no estén de acuerdo con esa política. Recordamos especialmente a todos los que están injustamente presos, a nuestros 5 hermanos del Ejido de San Sebastián Bachajón, al profesor Alberto Patishtan con todos sus compañeros de la Voz del Amate y muchos otros que no alcanzamos a mencionar aquí.
Cuando Jesús es burlado, golpeado y coronado de espinas por los soldados y policías del gobierno, recordamos a todos los que sufrieron y están sufriendo la tortura, ya sea a manos de las fuerzas públicas o de los grupos de criminales que el gobierno dice combatir, pero que por lo menos en muchas ocasiones él mismo ha protegido. La tortura es un crimen de lesa humanidad que ha sido denunciada por todos los centros de derechos humanos pero sin embargo se ha convertido en práctica común en México. Nos unimos en la oración con todos los que sufren la tortura – pues ahí el mismo Cristo está siendo torturado, y nos unimos la denuncia a todos aquellos grupos de derechos humanos que luchan por terminar con esa práctica inhumana.
En otra de las estaciones, Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén. A un grupo de mujeres que lloraban observando a Jesús que era llevado con la cruz al Calvario, Jesús les dice: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí, lloren por ustedes y por sus hijos”. Esto nos hace pensar en todas las personas que celebran la Semana Santa en sus templos y ermitas, pero que no se dan cuenta de que lo que le pasa a Jesús es lo mismo que le pasa a su pueblo. Esas mujeres y hombres son los que dicen que no se debe hablar de política en la Iglesia. No se dan cuenta de que la Palabra de Dios habla de nuestra propia historia y que Jesús mismo les dijo a las mujeres que lloraban por él que pensaran también en lo que les pasaba a ellos y a sus hijos.
También nos cuenta el Evangelio cómo, al ser crucificado Jesús es despojado de sus vestiduras. Recordamos cómo en 1997, además de la masacre de Acteal, fuimos expulsados de nuestras casas que fueron quemadas por los paramilitares y fuimos despojados de nuestras pertenencias y de nuestras cosechas de café. Así les ha pasado a muchos otros. Recordamos especialmente a la familia Reyes Salazar de Ciudad Juárez con quienes el 22 de marzo pasado nos unimos al ayuno y oración que convocaron. Además de que les han asesinado a 5 miembros de su familia les quemaron su casa. El gobierno dice que son los narcotraficantes, pero ellos han denunciado que el mismo ejército federal está detrás de los ataques.
María, la Madre de Jesús ve cómo, después de que su hijo es torturado lo suben a la Cruz para que muera. Recordamos y nos solidarizamos con todas las mamás y los papás que han perdido a sus hijos, que son desaparecidos y algunas veces los encuentran muertos, torturados y mutilados. Van ya más de 30 mil asesinados durante el sexenio de Felipe Calderón y muchos miles de papás y mamás afligidos y de niños y niñas que quedan huérfanos. Entre los más recientes está el hijo de Javier Sicilia de Cuernavaca, un escritor que tiene un corazón no-violento como Las Abejas, que no pide venganza pero sí justicia para que estos casos ya no se repitan en México.
Finalmente el Vía Crucis termina recordando cómo Jesús fue bajado de la cruz y puesto en un sepulcro. Esto nos recuerda las horribles noticias que están apareciendo estos días: ya más de 150 cadáveres sin identificar encontrados en sepulcros clandestinos en Tamaulipas, cerca de donde hace no mucho tiempo se encontraron los cadáveres de 72 migrantes centroamericanos. Y el gobierno ¿qué hace para encontrar a los criminales y proteger la vida de los ciudadanos? Desde la masacre de Acteal nosotros sabemos que los gobiernos estatal y federal, con la Seguridad Pública y los Ejércitos no estaban para proteger a la población civil sino a los paramilitares. Ya son muchos años de complicidad y, por lo menos, de inutilidad del gobierno para detener las violaciones de derechos humanos. Muchos miles de ciudadanos en muchas partes de México están gritando: “Si no pueden, renuncien”. Nosotros como miembros de la Sociedad Civil Las Abejas decimos que no ponemos nuestra confianza en los gobiernos. Si renuncia Calderón ¿va a ser mejor el que pongan en su lugar? ¿En qué o en quién vamos a poner nuestra confianza? Dice la Palabra de Dios que unos ponen su confianza en Dios y otros ponen su confianza en las armas y en los carros de guerra. Felipe Calderón pone su confianza en las armas y quiere que se apruebe una nueva ley que le permita militarizar completamente al país. Nosotros de la Sociedad Civil Las Abejas, denunciamos ese nuevo intento de suprimir los derechos humanos de los mexicanos. Nosotros no confiamos ni en los gobernantes ni en el ejército.
Sabemos que en el único que podemos poner nuestra confianza es en Dios. En este 22 de abril, viernes Santo, caminamos junto a Cristo que sufre y Cristo camina y sufre con nosotros, con todo el pueblo que sufre. Sabemos que solamente en El podemos poner nuestra esperanza.
La organización de las abejas de Acteal vemos que el trabajo que tiene el gobierno nada mas busca acabar a las organizaciones, los que están en contra de los megaproyectos, los que luchan a favor de la paz, los que buscan justicia, y defensores de la madre tierra, defensores de los derechos humanos y a los que rechazan los planes que hacen a los que están arriba. Esas organizaciones, el gobierno quiere que se mueren en la cárcel, pero a los actores materiales e intelectuales de la masacre de Acteal lo sigue liberando y apoyando a los narcotraficantes.
La sangre derramada por nuestros hermanos, nunca vamos a olvidar y no vamos a desanimar para denunciar lo que hacen cada día a los malos gobernantes, privatizando nuestros recursos naturales y ellos hacen sus propias leyes sin tomar en cuenta a los pueblos originarios y a los que trabajan la tierra.
Aunque los grandes poderosos buscan una estrategia de cómo debilitar nuestra lucha pero somos los que sabemos la verdad y somos los verdaderos testigos de lo que ha pasado aquí en Acteal y en todo el mundo.
Hermanos hermanas, compañeros y compañeras hay que seguir el camino de nuestro señor Jesucristo por que el sufrió por nosotros y hay que tener fe en El.
ATENTAMENTE.
La voz de la Organización de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal
