Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal
Tierra Sagrada de los Mártires de
Acteal
Municipio de Chenalhó, Chiapas,
México.
22 de noviembre de 2020
Al Congreso Nacional Indígena
Al Concejo Indígena de Gobierno
A las y los defensores de los derechos humanos
A los medios libres y alternativos
A los medios de comunicación nacional e
internacional
A la Sociedad Civil Nacional e Internacional
Hermanas
y hermanos:
Estamos exactamente a un mes
de que se cumplan 23 años de impunidad e injusticia por la masacre de nuestros
45 hermanos y hermanas, más 4 bebés que aún no nacían. Ellas y ellos no
tuvieron más delito que ser parte de una comunidad valiente, sin armas de fuego
y organizada como pueblo creyente, que rezaba y ayunaba aquí en Acteal,
clamando a Dios por paz con justicia y dignidad para su pueblo, pues se habían
negado a colaborar con quienes querían acabar con la lucha zapatista y con toda
semilla de rebelión e inconformidad contra el gobierno, por medio del terror y
la violencia.
Desde al menos 7 meses antes
de la Masacre, ya habíamos denunciado que el gobierno entrenaba y financiaba
grupos armados que nos tenían amenazados de muerte y habían quemado varias de
nuestras casas, robado nuestras pertenencias y cultivos, obligando a muchas de
nuestras familias a huir de nuestros hogares para ponernos a salvo, en medio
del frío, la lluvia y el lodo. Pero todos estos actos violentos quedaron en la
impunidad, pues las autoridades federales, estatales y municipales estaban de
acuerdo en esta estrategia que llamaron Plan de Campaña Chiapas ‘94. Desde hace
23 años, estos son crímenes que no se persiguen ni se castigan en Chiapas.
Vemos con muchísima
preocupación que lo mismo está pasando ahora, con nuestros hermanos de Aldama y
Santa Marta que están viviendo escondidos en el monte o debajo de los cafetales
para huir de los disparos diarios con armas de alto poder que se están
tendiendo sobre sus casas y milpas. Pero lo que nunca se habían visto en
Chiapas son los disparos contra una camioneta con voluntarios de organizaciones
de la sociedad civil que llevaran víveres para mujeres, niños, niñas, ancianos
y ancianas desplazados y damnificados por las lluvias torrenciales.
Nos indigna el ataque a la
caravana organizada por el Fisanim y Cáritas, que llevaba ayuda humanitaria a
las y los desplazados de Aldama el pasado 18 de noviembre, donde fue herida en
la pierna nuestra hermana religiosa Chabelita, por una bala de grueso calibre.
Sabiendo que por el exceso de lluvias los cerros se están desgajando, que los
pocos árboles que nos quedan en las comunidades se están derrumbando, el
gobierno y los agresores saben que los desplazados pueden morir con este mal
clima, pasando frío, hambre y enfermedades, así que este ataque para boicotear
la ayuda vital que se les llevaba, es especialmente cruel. Y más aún, no
podemos entender cómo un gobierno que se dice de "los pobres" permita
estas agresiones.
Hoy recordamos que en octubre
de 1997 llegó a nuestras comunidades la policía de Seguridad Pública del Estado
y pensamos que venían a protegernos de los ataques paramilitares, pero resulta
que no era así: venían a ayudar a robar y a amenazar junto con los
paramilitares. Hoy En Aldama ha llegado la seguridad pública, el ejército
mexicano y la guardia nacional; sin embargo, los grupos de corte paramilitar
usan armas de uso exclusivo del ejército, se apoderan de armas de la policía
estatal y se dan el lujo de disparar a una caravana con ayuda humanitaria a 200
metros de un destacamento de la Guardia Nacional. Nada ha cambiado, sigue la impunidad, se
siguen matando a personas que luchan por un mundo justo o a personas que sólo
quieren vivir libres y en paz en sus propias tierras.
Queremos decir muy claro que
Las Abejas de Acteal hemos visto desde hace más de 20 años que en el Fisanim
(Fideicomiso para la Salud de los niños indígenas de México, dirigido por
Ofelia Medina) y en Cáritas (Asociación Civil de la Diócesis de San Cristóbal
de las Casas), trabajan compañeros y compañeras solidarios que verdaderamente
llevan en el corazón a los que sufren de hambre y de frío por tener que
desplazarse fuera de sus comunidades en Chiapas. Exigimos que los responsables
de las muertes, lesiones y desplazamientos que se han dado en medio de este
conflicto sean investigados, y que sean desarmados todos los que han estado
disparando armas de uso exclusivo del ejército, como la que fue disparada en
contra de nuestra hermana Chabelita (agente de pastoral que trabaja desde hace
muchos años en la Parroquia de San Andrés). ¿Qué se debe hacer para que no
puedan seguir comprando y usando armas de grueso calibre para definir esta
disputa agraria que algunos criminales quieren aprovechar para provocar un caos
que les permita controlar la zona, y así consolidar sus intereses políticos y
económicos?
Desde hace 23 años, las Abejas
que hemos sido desplazadas hemos tenido que aguantar ver cómo se pierde nuestro
café, nuestro maíz y nuestro frijol, pues no es casualidad que los
paramilitares esperen a la temporada de cosecha, de lluvia y de frío para
hostigar a las familias que persiguen, presionándolos justo en estas fechas
para que tengan que escapar de su comunidad, quedando en el máximo nivel de
vulnerabilidad, tal como lo están viviendo ahora los desplazados de las
comunidades de Aldama que han visto intensificarse los ataques del grupo de
corte paramilitar que les dispara desde Santa Marta, en los meses de octubre y
noviembre. Fue precisamente un 16 de noviembre de 1997, cuando las familias que
ahora conforman la comunidad de Nuevo Yibeljoj se desplazaron a X-oyep justo
así, con mucha lluvia y lodo, perdiendo todas sus cosechas de café, como las
familias de Aldama. Nuestros desplazados actuales de Los Chorros también vieron
sus cosechas de frijol, maíz y café perderse por haber tenido que venir a refugiarse
en Acteal a mediados de agosto de 2019, cuando sus autoridades comunitarias
organizaron una brigada para ir a destruir las casas de las familias Abejas del
Barrio Río Jordán, encabezados por algunos ex-abejas que ahora se han aliado a
varios antiguos paramilitares de Los Chorros (quienes los habían perseguido dos
décadas atrás).
Tal como hace 23 años,
nuestros compañeros de Los Chorros siguen amenazados de muerte, ahora como
castigo por negarse a aceptar cargos voluntarios para gestionar y administrar
apoyos con los que el gobierno y los partidos políticos intentan manipular a la
población de su colonia. No es casualidad que también en el caso de los y las
zapatistas que están siendo atacados, cercados y perseguidos con armas de fuego
de alto poder por gente de la ORCAO en las comunidades de Moisés Gandhi y Nuevo
San Gregorio, son sus propios ex-compañeros de lucha quienes se han vuelto los
más crueles agresores de quienes siguen en resistencia. Nos preocupa y nos
duele que el pasado 8 de noviembre nuestros hermanos zapatistas del Municipio
Autónomo Lucio Cabañas, a unos días de festejar el 37 aniversario de la
fundación del EZLN, sufrieran el secuestro y la tortura del compañero Félix
López Hernández, quien, gracias a la presión solidaria nacional e internacional
tuvo que ser puesto en libertad. Estos hermanos ex-abejas y ex-zapatistas que
ahora están causando tanto sufrimiento y dándole gusto al gobierno, se han
salido de las organizaciones después de muchos años de luchar, gracias a
divisiones internas y a la compra de conciencias que el gobierno ha ido
perfeccionando como la principal estrategia de contrainsurgencia en Chiapas.
Otra estrategia para dividir,
desorganizar y debilitar a los pueblos, afianzando el control de viejos y
nuevos caciques en Chiapas, asesorados por los malos gobiernos estatales y
federales y, ahora, apoyados por los cárteles del narcotráfico, ha sido
fomentar y administrar los conflictos agrarios. No sólo ocurre esto hoy en día
de manera grave y produciendo muertos, heridos, desplazados y refugiados en los
conflictos entre Aldama y Santa Marta, entre Chenalhó y Chalchihuitán, entre
las bases de apoyo zapatistas y la ORCAO en nuevo San Gregorio y Moisés Gandhi,
sino que también fue el primer pretexto para perseguir a los Zapatistas y a las
Abejas de Los Chorros y Yibeljoj hace 23 años.
Hace 23 años el responsable en
el gobierno de todas estas violaciones graves a los derechos humanos fue el PRI
y luego el PAN mantuvo en impunidad los crímenes del PRI; y ahora Morena no
sólo no puede hacer justicia por esos crímenes cometidos en los gobiernos
anteriores, sino que permite ataques en contra de la sociedad civil, pero sobre
todo contra los pueblos y organizaciones como el EZLN, Las Abejas y otros
pueblos del CNI y CIG.
Desde Acteal queremos saludar a nuestros hermanos del CIPO-EZ (Consejo Indígena Popular Emiliano Zapata) en
Guerrero que son parte del CNI y CIG, que lograron romper el cerco
narco-paramilitar que desde hace más de un año les impusieron en sus
comunidades, los gobiernos locales, estatal y federal, que han hecho caso omiso
de su dolor y de sus muertos. Escuchamos que pudieron tomar pacíficamente la
carretera Chilpancingo - Tlapa, a la altura de la comunidad de Papaxtla, en el
municipio de Chilapa de Alvarez el pasado 18 de noviembre para exigir justicia
verdadera y alto a las agresiones contra los pueblos originarios que defienden
su territorio en medio de la complicidad entre los malos gobiernos, las
corporaciones trasnacionales y el crimen organizado.
Ese mal gobierno es el mismo
que presume de ser diferente e incorruptible pero a través de su dependencia
llamada FONATUR, pretende comprar a la
mala las tierras ejidales y comunales yucatecas, engañando a los yucatecos para pasar con su tren por encima
de sus hogares y cultivos. Por eso, nos da esperanza escuchar que el pasado 24
de octubre, en la mañana, pobladores de la comunidad de Maxcanu, en el Estado
de Yucatán, detuvieron valientemente el paso de maquinaria pesada que
pretendía destruir al menos 9 casas y 10 parcelas, deteniendo por ahora los
trabajos en las vías del tramo Calkini-Itzamal, del llamado erróneamente Tren
Maya.
Hermanas y hermanos,
Para seguir adelante y recobrar fuerzas en esta lucha que es de todos y
todas contra la impunidad y el despojo, por la vida y la dignidad, queremos
invitarles a la conmemoración del XXIII aniversario de nuestros hermanos
mártires de Acteal y los XXVIII años de nuestro caminar en la
construcción de nuestra autonomía, que se llevará a cabo los días 21-
22 de diciembre del presente año, en la sede de nuestra
organización, Tierra sagrada de los mártires de Acteal.
Esperamos a que nos puedan acompañar en estos días y así poder también
exigir juntos el informe de fondo de la CIDH en el caso 12.790 Manuel Santiz
Culebra y otros (masacre de Acteal).
En caso de que no puedan asistir en esos días, pueden apoyarnos con ver
nuestro programa en vivo, consultando la liga para la transmisión en
www.acteal.org o por nuestro Facebook: Las Abejas de Acteal.
Desde Acteal, Casa de la
Memoria y Esperanza, seguimos caminando por la verdad y justicia a la
Masacre de Acteal.
Atentamente
La Voz de la Organización de la Sociedad Civil de Las
Abejas de Acteal.
Por la Mesa Directiva:
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