Recordamos con respeto y cariño a otro Pablo, Don Pablo González Casanova, a quien conocimos como miembro de la CONAI en el inicio de la Guerra en 1994.

 


Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal

     Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal

           Municipio de Chenalhó, Chiapas, México.

 

22 de abril de 2023

 

 

Al Congreso Nacional Indígena

Al Concejo Indígena de Gobierno

A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

Al Pueblo Creyente de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas

A las y los Defensores de los derechos humanos

A los Medios libres y alternativos

A los Medios de comunicación nacional e internacional

A la Sociedad Civil Nacional e Internacional

 

Hermanas y hermanos:

Hoy, como hace 25 años y cuatro meses, estamos urgidos de paz con justicia y dignidad y queremos que nuestro clamor llegue hasta nuestro Padre-Madre Dios, corazón del cielo y de la Tierra, en estos momentos tan oscuros.


Eso preciosísimo que nos alcanzaron con su sacrificio nuestros familiares y compañeros mártires de Acteal y que nunca vamos a dejar de recordar y agradecer, que haya parado el espiral de violencia y asesinatos, que se iniciaron en nuestro pueblo con la guerra contrainsurgente de Ernesto Zedillo, incluso eso, está muy amenazado en muchos municipios de Chiapas y en todo el país, como claramente lo explican nuestros hermanos obispos y otros representantes de nuestra Diócesis de San Cristóbal de las Casas, que emitieron la alerta por la “Descomposición social que va en aumento por la violencia generalizada en el Estado”, en su carta del pasado 4 de abril.

Ahora, enfrentamos una realidad más complicada de entender, que es el fruto de la impunidad y la complicidad de los malos gobiernos con los ricos y poderosos.

Además de las estructuras que quedaron de los grupos de civiles armados por el gobierno en nuestros parajes de Chenalhó y la Zona Norte, que buscaban asegurar el control político del territorio, que fueron entrenados y armados para ser capaces de crueldades tan impensables como asesinar a sangre fría en este preciso sitio, a 45 de nuestros hermanos y hermanas desarmados, entre ellas 4 embarazadas que violentaron hasta el extremo, abriendo sus vientres para asesinar a sus bebés por nacer.


Además de la impunidad en estos atroces crímenes y, basados en esta impunidad e inmunidad que todos los malos gobiernos han garantizado a los participantes y coordinadores de este y otros crímenes de lesa humanidad que atestiguamos desde 1994 en Chiapas, ahora enfrentamos la continuación del contubernio claro entre autoridades federales, estatales, municipales y de todos los cuerpos encargados de la seguridad de la población, como la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano, la Marina y la Seguridad Pública Estatal y Municipal, que ahora se dedican en muchas ocasiones a cuidar los negocios legales e ilegales del narco, de modo que les garanticen la mayor ganancia y protección, sin importar la afectación a la población civil chiapaneca y mexicana en general. Este es el caso de lo ocurrido en San Cristóbal de las Casas el pasado 17 y 18 de abril, con un saldo de tres personas asesinadas, la quema de al menos tres casas y un clima de terror generalizado, a raíz de acciones de ajuste de cuentas entre aliados locales de distintos cárteles, según el pronunciamiento conjunto de numerosas organizaciones y centros que trabajan para defender los derechos humanos que se publicó ayer y le exigen al Estado mexicano que se garantice el derecho a la Paz, y para ello, que deje de proteger a los que están usando indiscriminadamente armas de grueso calibre para establecer el control del territorio.

Esta situación es, como ya se ha dicho, muy preocupante. La inseguridad calculada y tolerada por el estado que protege a los narcos de distintos cárteles; el aumento de venta de alcohol y drogas (cuya afectación a la vida de nuestras comunidades nos han explicado perfectamente los hermanos de la Parroquia de Chalchihuitán con su manifestación y comunicado del pasado 20 de abril); los feminicidios asociados a esto y la persecución de los defensores de derechos humanos, del territorio y periodistas en el país.

Esto lo vemos con cobardes asesinatos (como el de nuestro hermano abeja Simón Pedro Pérez López, el de Alfredo Cisneros de la comunidad autónoma de Sicuicho y Pedro Pascual de la comunidad autónoma de Ocumicho, asesinados por defender los bosques y el territorio), desapariciones (como la de Ricardo Lagunes y Antonio Díaz en el municipio de Aquila, mismo lugar donde el líder comunitario Eustacio Alcalá, quien luchó por lograr la cancelación de una concesión minera fue encontrado sin vida a inicios de este mes). Toma la forma de prisión injusta (como la de nuestros 4 hermanos defensores de derechos humanos y miembros del Pueblo Creyente de Cancuc que están injustamente presos culpados de asesinato y del mismo modo, el hermano base de apoyo zapatista Manuel Gómez del Ejido El Censo en Ocosingo, o el compañero mazateco de Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca, Miguel Peralta, que ha sido condenado a medio siglo de prisión, por delitos fabricados).


Lamentablemente tampoco son raros los procesos judiciales abiertos con delitos inventados (como el caso
de nuestro querido Padre Marcelo Pérez que buscó ayudar a parar las muertes en Pantelhó y ahora es culpado, sin ninguna prueba, de secuestro y desaparición, además de ser difamado y buscado e insultado por familiares de los desaparecidos; en un caso parecido, los compañeros César y José Luis, defensores del territorio que se opusieron a la instalación del cuartel de la Guardia Nacional en Chilón, son culpados de delitos que no cometieron y con pruebas inventadas que han sido validados por la Fiscalía y Jueces del estado de Chiapas; y por último el caso del primer preso político de la 4T, Miguel López Vega quien fue apresado por atreverse a defender el Río Metlapanapa, tuvo que ser liberado pues se demostró que habían sido fabricados los delitos que le imputaban y ahora un tribunal quiere volver a juzgarlo por esos delitos para beneficiar a una empresa que quiere robarse su agua.

Todo esto se nos presenta como signos de muerte que son muy difíciles de enfrentar, y tenemos la tentación de rendirnos o reaccionar también violentamente. Pero Jesús y nuestra propia experiencia nos han mostrado el camino que debemos seguir, tal como nuestros mártires: denuncia, verdad y organización.

Eso hemos hecho, desde nuestra fundación hace 30 años, al organizarnos y clamar que sacaran a nuestros cinco hermanos inocentes de Tzajalch’en que el estado tenía secuestrados, culpados de asesinato, con la ayuda de hermanos conscientes y valientes como Don Pablo Romo Cedano. Él fue el legítimo amigo, hermano en Cristo, que nos marcó el camino a seguir juntos en el año de 1992, cuando enfrentamos la cárcel injusta. Hoy enviamos un caluroso saludo a nuestro hermano Pablo y su familia que están sufriendo la partida de su mamá. Queremos que sepa que hasta la fecha nos mantenemos en la unidad, la fe, el amor y la esperanza de la paz que tanto anhelamos.

También recordamos con respeto y cariño a otro Pablo, Don Pablo González Casanova, a quien conocimos como miembro de la CONAI en el inicio de la Guerra en 1994. Don Pablo, no se conformó con hablar contra la injusticia y de las teorías, sino que se puso efectivamente del lado de los pueblos y desde la Universidad Nacional formó generaciones de jóvenes humanistas que, como Él, han sabido hacerse alumnos de los pueblos.

Saludamos con respeto a todos los pueblos que se están organizando para compartir su lucha en la defensa de la tierra y el territorio, en el  recorrido de la Caravana preparatoria al Encuentro Internacional “El Sur Resiste”.

Las Abejas de Acteal mantenemos y hemos mantenido encendida siempre la luz de la no-violencia de la justicia y la paz. La violencia que cubre hoy Chiapas y todo México, requiere de más mujeres y hombres que trabajemos por la paz.

Ya no hay tiempo que esperar, es ahora, porque no nos dejaremos vencer por la fuerza del mal y de la muerte.

 

Por eso, a todas las hermanas y hermanos solidarios, les pedimos también que nos ayuden a estar atentos a la estrategia legal del asesino material de nuestro hermano Simón Pedro, que seguramente interpondrá una apelación a su sentencia condenatoria emitida el pasado 7 de abril para intentar salir libre. Necesitamos seguir exigiendo que al menos se sostenga la sentencia de 25 años de prisión, que no lo liberen, y que comience ya la investigación de los autores intelectuales del asesinato, considerando, como ya se demostró en el juicio oral, que el móvil fue la eliminación ejemplar de un defensor del territorio y los derechos humanos.

Desde Acteal, Casa de la Memoria y la Esperanza,

                                                              Atentamente

La Voz de la Organización sociedad Civil Las Abejas de Acteal.     

Por la Mesa Directiva:

Javier Flores Zepeda

Presidente

                         Eliseo López Arias

                    Secretario

 

 

 

 

Luis Miguel Gómez Pérez

Tesorero

                  Alonso Ruiz López

                   Sub Secretario

 


 

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