A pesar del atroz crimen cometido en contra del Padre Marcelo, nuestra esperanza no se rinde. ¡YA BASTA! DE DESTRUCCIÓN Y EXTERMINIO.

 





Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal

Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal

Acteal, Chenalhó, Chiapas, México.

 

22 de octubre 2024

 

 

 

 

Al Congreso Nacional Indígena

Al Consejo Indígena de Gobierno

A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

A las y los Defensores de los Derechos Humanos

A la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas

A los Medios Libres y Alternativos

A los Medios de Comunicación Nacional e Internacional

A la Sociedad Civil, Nacional e Internacional

 

                                                          

Hermanas y Hermanos:

 

Hoy, ha llegado el día de la siembra del cuerpo de nuestro hermano Padre Marcelo Pérez Pérez en su pueblo, al lado de los pilares de la iglesia de San Andrés Apóstol en el municipio de Larráinzar, conocido internacionalmente como Sakamch’en de los Pobres, en donde tuvieron sede los diálogos de San Andrés y en donde se firmaron los llamados Acuerdos de San Andrés sobre Derechos y Cultura Indígena, traicionados por el entonces presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León.


 

A pesar del atroz crimen cometido en contra del Padre Marcelo, nuestra esperanza no se rinde, en medio de la espiral de violencia desbordada por la incapacidad política e insensibilidad humana de los gobiernos, tanto en Chiapas como en todo México.

 

El asesinato cobarde de nuestro querido Padre Marcelo, es el resultado del egoísmo y de la avaricia de la delincuencia organizada y de un sistema de gobierno que se ha hecho ciego y sordo por intereses políticos y económicos de los grupos de poder en México, interconectados con el crimen organizado; y así han minimizado los desplazamientos forzados, las desapariciones forzadas, los brutales asesinatos como en Chicomuselo, en Frontera Comalapa, en Los Altos de Chiapas y en otras partes de México.

 

Pero a pesar de esta violencia infame, nacen luces de esperanza y de memoria. Por ejemplo en este contexto, sobre la muerte y la impunidad, celebramos la memoria de jTotik Samuel que sigue viva en nuestras conciencias y en nuestro corazón: sabemos que también él sufrió amenazas de muerte y también sufrió junto a nosotras la masacre de Acteal, pero tuvo la fuerza y la sabiduría para defender a nuestros pueblos, y continúa siendo guardián de nuestros pueblos tseltales, tsotsiles, ch’oles y tojolabales, que en medio de la violencia y la muerte nos esforzamos en construir la paz, como hoy nos recuerda la carta de San Pablo “Jesús vino para anunciar el Evangelio de la Paz, para ustedes que estaban lejos, como a los que están cerca” (Ef. 2, 17)

 

En 1974, Jtotik Samuel abrió un espacio para encontrarnos en un congreso convertido en un movimiento digno y el comienzo de un nuevo amanecer, que tuvo como lema “La unión es nuestra fuerza hacia la libertad”. Abrió caminos a la esperanza y a la igualdad en la justicia, desafiando al sistema capitalista. Entre todos los representantes juntaron la palabra, que se convirtió en denuncia y acuerdos, despertando la conciencia de nuestras comunidades. Entendieron que el estado siempre tiene otra idea, que no es la de nosotros, que tenemos que comunicarnos para entender, lo que se estaba viviendo y lo que vivimos ahora, para caminar desde nuestras raíces con la fuerza de los pueblos, en un sólo corazón, hacia la liberación.

 

En este tiempo vivimos otros modos de esclavitud, que están impactando en nuestros pueblos y comunidades, como la que nosotros vivimos con nuestros hermanos de Pantelhó, víctimas de la violencia, sin poder salir a trabajar. Oímos en las noticias las violaciones a los derechos que sufren hermanos de otros pueblos, donde ya no pueden juntarse para platicar, tampoco organizarse para caminar juntos.

 

Antes de suceder el cobarde asesinato del Padre Marcelo, de por sí estaban ocurriendo graves agresiones, amenazas y despojos de sus tierras a nuestros hermanos zapatistas de la comunidad 6 de Octubre del municipio oficial de Ocosingo, Chiapas; situación denunciada por varias organizaciones sociales y defensores de derechos humanos. Sus vidas siguen en riesgo y debemos de estar atentos, sin perder de vista esta situación.

 

Lo que está generando el crimen organizado con la permisividad del gobierno de Chiapas y de México, por su ambición y avaricia de poder político y económico, es una guerra abierta de destrucción y exterminio contra quienes luchamos por nuestra autonomía, por quienes defendemos la Madre Tierra, la Paz y la Vida.

 

Hermanas y hermanos de cualquier parte del mundo, defensoras y defensores de derechos humanos, luchadoras sociales, mujeres y hombres dignos que defienden la paz y la vida, no tengamos miedo de levantar nuestra voz con valentía, tal como lo hizo incansablemente el Padre Marcelo, realizando acciones pacíficas; gritemos al Corazón del Cielo, gritemos al Corazón de la Tierra que ¡YA BASTA! DE DESTRUCCIÓN Y EXTERMINIO.

 

Estamos seguros de que con la siembra del cuerpo de nuestro hermano Marcelo, crecerá uno de esos árboles de la vida que fructificará y permitirá que en sus ramas frondosas todas la aves, de cualquier especie, construyan su nido y ahí encuentren su alimento para vivir tranquilos sin que tengan miedo. Sólo así, en nuestro hermoso Chiapas volverá a nacer el sol y brillarán luces de paz en los ojos de nuestras niñas y niños; y nadie abandonará su hogar sin su consentimiento.

 

La partida de nuestro Padre Marcelo, no significa que nos hayan vencido los mensajeros de la muerte; ellos ni se imaginan lo que acaban de sembrar, porque si el grano de maíz no se pone en la tierra, no tendremos esperanzas de cosecha. Y los que quisieron callarlo, ahora tendrán que oír su clamor en los miles que seguiremos su claro ejemplo, denunciando y anunciando la verdad, abriendo caminos para la paz.

 

¡VIVA EL PADRE MARCELO!

¡VIVAN LOS MÁRTIRES DE ACTEAL!

¡VIVA SIMÓN PEDRO!

¡VIVA JTOTIK SAMUEL!

¡VIVAN LAS SEMILLAS DEL CONGRESO INDÍGENA DEL 74!

¡ALTO A LA AGRESIONES CONTRA LOS ZAPATISTAS!

¡ALTO AL CRIMEN ORGANIZADO!

¡ALTO A LAS GUERRAS!

¡ALTO AL GENOCIDIO EN GAZA!

 

 

Desde Acteal, Casa de la Memoria y Esperanza.

 

Atentamente

La Voz de la Organización de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal.

 

 

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Victorio Pérez Paciencia

Juan Pérez Sántiz

Presidente

Tesorero

 

 

 

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Alfredo Jiménez Pérez

Sub Presidente

 

 

 


  

 

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